domingo, 22 de febrero de 2009

Las caricaturas TAMBIÉN piensan



El recurso de animación para el cine brinda una amplia gama de posibilidades que permite al creativo extender sus límites y liberar un poco más la imaginación y la producción. Una película que ha escatimado en costear una producción de animación, se puede dar el lujo de utilizar más recursos visuales que si se grabara real sería más caro producir. Una explosión, una persona que vuela, una mamá con ojos de botones o reproducir el efecto de una alucinación.

Eso es lo que escogieron Richard Linklater y Henry Selick para sus creaciones cinematográficas que reflejan el despertar simbólico de un personaje. En “WakingLife” y “Coraline y la puerta secreta” el personaje principal vive un punto de cambio que le genera otra perspectiva de la vida.

En la primera, la de Linklater, se presenta a un ser humano que busca en diferentes expertos de diferentes creencias, filosofías, modos de pensar, de vivir y de aprender; la razón de vivir, la razón de que el ser humano esté ubicado en este lugar en la tierra. Y la duda de un sueño del que parece no poder despertar es lo que forza al personaje a entender las experiencias en la vida real. Esto le ayuda a diferenciar su sueño de sus momentos reales. Los consejos de tantas personas como visita van desde el simplismo existencialista de “si tienes un interruptor cerca, intenta prenderlo y apagarlo. Si no funciona, estas en un sueño”, hasta la explicación lógica de la sensación tangible en el espacio físico.

Manifestar los mil y un puntos de vista de una misma pregunta que, de hecho, nunca se escucha que haga el personaje, no dice otra cosa a nivel discursivo que mostrar tantas diferencias en la vida. Me refiero con esto a que el director quiere decir que hay una pregunta universal y que la respuesta, por más bohemia que sea nuestra búsqueda de sentido, será de igual forma universal, pero en el sentido de que hay un universo de respuestas. Si no da una respuesta clara entonces no concluye, no pone una ideología dominante.

Entonces viene una linda carita y una linda voz, Fanning. acompañada de la versión digital del gato de “Sabrina, la bruja adolescente”, que no busca un sentido. “Coraline y la puerta secreta” crea una historia mística y fantástica de animación stop motion en la que, cuadro por cuadro, anima personajes que se sujetan a realidades cotidianas poco pintorescas. La personaje principal es Coraline, que se le presentan dos realidades opuestas sobre las que se tiene que decidir. Es la lucha de optar por el sentido lógico contra el sentido romántico de aceptar una vida difícil que a la larga sea benéfica y, sobre todo, real. Una historia que para niños aburre y para no tan niños intriga. Botones en los ojos de los personajes que son relativamente felices, vacíos de sentido. Funciona como metáfora para tapar la voluntad de darse cuenta de la realidad como es. Y para vivir en esta realidad, te propone taparte los ojos con un par de ellos, botones, justo la forma perfecta de criticar el momento contemporáneo de la vida “light” que algunos comparan con los “emos”. Vacío de sentido, de realidad, de voluntad, de querer ver lo que sucede.

El hilo conductor de “Wakinglife” se aferra al estilo documentalista de presentar un hecho. Se va construyendo a base de entrevistas que no presentan a sus voces y de una historia sencilla de un joven que tiene dudas y que pregunta mientras no sabe diferenciar el momento en el que sueña con el que vive. Y Michel Gondri con “La ciencia del sueño” y mucha cartulina nos ha explicado muy bien este proceso de “no despertar” y “no dormir” que nos alteran la realidad y con ella los hechos. Se mantiene después de la mitad del largometraje, en un ir y venir del sueño o de la realidad y al mismo tiempo algunas voces en off de lo que ya se ha declarado como la parte argumentativa del filme.

Sin embargo, en Coraline funciona más como una cuerda floja aunque no deja morir al trapecista. En repetidas ocasiones, la historia no soluciona algunos hechos y los deja descubiertos e incompletamente pulidos. La explicación de porqué el gato va y viene sin alterar su realidad, las manos mecánicas que salen del piano y que controlan la voluntad del papá postizo. Pero esa falta de tensión no evita que se comprenda la historia y comprendemos con cierta inmediatez que se tratará de una niña que descubre una realidad paralela en la que “aparentemente” la vida es más fácil o como al menos ella lo desea porque Coraline dice que del otro lado su mamá es perfecta, aunque dejemos de lado que tiene botones en sus ojos.

El estilo en ambas es la animación. Una digital que lejos de ayudar, en algunos momentos jala más la atención y no deja comprender lo profundo de las explicaciones del “misterio de la vida”, como pasa en “Waking…” y el otro más limpio, sutil y hasta imperceptible que, por el contrario, sí olvidamos. Eso forza a poner nuestros 5 sentidos, incluyendo el olor a palomitas del vecino, en la trama y resolución de la cinta de stop motion.

El Flako

CORALINE Y LA PUERTA SECRETA


WAKING LIFE

1 comentario:

  1. aaaah. waking life. muy buena peli. y coraline... si ya tenia ganas de verla haz hecho que muera de ganas de verla jeje.

    bienvenido!! esperamos tus aportes!!!

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